jueves, agosto 10, 2006

Ganar o Perder

¿Existe el bien y el mal? ¿Dios y el diablo? ¿Cielo e infierno? ¿El aire, la gravedad? Existen e independiente de que lo ¿crea o no? ahí están, es solo una decisión: Aceptarlo o negarlo, “Libre Albedrío”.

¿Hasta donde irá esta libertad concedida por Dios? Hasta donde la imaginación nos lo permita, siendo así ahora podemos creer que somos seres evolucionados que habitamos en el resultado de una explosión llamada mundo.

Porque no creer entonces que soy un Diseño Original e Inteligente, resultado de un Creador, un Diseñador, alguien que se preocupo por mi existencia, me dio sentidos, habilidades, pensamientos; además de darme lo que necesitaba para sobrevivir: Un universo, un mundo para habitar perfecto en su inmensidad.

El azar, la suerte, las coincidencias, creer que todo pasa ¡porque si! como dicen los niños, es facilista, deberiamos preguntarnos si ¿hay "algo" más detrás de todo esto?, ¿Existe una razón?, ¿una explicación?, ¿un por qué? La respuesta es sencilla: Si, Dios.

Vivimos en la búsqueda del ser, ¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde voy después de?. En realidad prefiero creer que existe alguien que no mide ni castiga con escala mis errores, que perdona, conoce mi interior, me ama y tiene un lugar preparado para ese después de; lugar que dentro de mis limitantes no puedo imaginar, pero si lo hizo el Creador de seguro es perfecto.

Hay quienes creen que todo acaba con la muerte y que la vida es tan efímera como nacer, crecer, reproducirse y morir. También estoy yo que creo que la vida es eterna y que puedo nacer, crecer, reproducirme y vivir.

Me gusta la idea de tener a quien agradecerle cada día por abrir los ojos, respirar, caminar, reír, por un amanecer, por mi perro - (update...en paz descanse 25/11/05) -, por una planta, por la luna , por lo que yo quiera y a quien mas puedo agradecer esto sino a Dios.

"No sabes disfrutar la vida" eso dicen algunos!; pero ¿Qué es disfrutar la vida? De niño actuar como niño, de joven como joven, de adulto como adulto, de viejo como viejo. Entonces donde queda el no ser un estereotipo, alguien del montón, o es que solo se aplica cuando eres ¿Irreverente? ¡NO! Yo prefiero hacer la diferencia y si hacer esto me lleva a tener otro estilo de vida, lo seguiré haciendo porque nada pierdo y mucho obtengo.

AMEN.

sábado, junio 04, 2005

¡Que prohiban los filósofos!

Exceptuando la quiebra inmediata de la compañía que fabrica los cigarrillos Pielroja y el duro golpe a la industria mochilera, en verdad un mundo sin filósofos sería una cosa buena.
Por: Germán Bula

En términos económicos, y descontando beneficios marginales (la extinción de la barba, la renovación del mercado de finca raíz en La Candelaria, Chapinero Alto y Teusaquillo), eliminar a los filósofos resultaría en un crecimiento neto del producto interno bruto nacional. Por el lado de la demanda habría grandes avances. Los filósofos son, para ponerlo en términos de análisis económico, chichipatos, se toman dos tintos en una cafetería y hablan cuatro horas de Heidegger, ¿y cuándo consumen? Por el lado de la oferta, podríamos reemplazar todas las facultades de filosofía por facultades de danza exótica y culinaria tailandesa. Después solo sería cuestión de convertir a los historiadores en periodistas y a los literatos en columnistas de SoHo y estaríamos en el camino del progreso.

De vez en cuando se dejan ver. Usan alpargata y media blanca, discuten el papel del hígado de bacalao en el pensamiento de Soren Kierkegaard y se quejan de que Sábados felices es un vehículo de propaganda neoliberal. Se distinguen por su palidez y por su capacidad de convertir una charla amigable sobre el TransMilenio en un agitado debate sobre el papel de la negatividad en la dialéctica hegeliana.

Vienen en varios sabores: están los góticos, que usan gabardina y uñas negras y andan decepcionados de absolutamente todo menos de Nietzsche. También hay silviocomunistas (o villadeleivos) que ya superaron su fijación con el Che y ahora solo le creen al subcomandante Marcos; puede que escriban poesía en pequeños cuadernos, o que sepan tocar la flauta de pan. También están aquellos filósofos que les gusta disfrazarse de filósofos, que usan boinas, pipas o sacos con parches de cuero. Y algunos tratan de disfrazarse de gente normal. Sin embargo, ninguna persona normal escribe a una biblioteca en Dresden para ver si puede conseguir una copia de los apuntes de Kant a las clases de urbanidad que recibía en el colegio.

Todos, góticos y villadeleivos por igual, viven bajo una sola regla de oro: nada es bueno si les gusta a las demás personas. Ningún filósofo escucha a Juanes o Shakira, sino alguna banda islandesa de heavy metal celta o los sonidos guturales de alguna tribu del norte de Mongolia. Ningún filósofo va a cine a ver Los Increíbles, no, va a ver películas japonesas de siete horas o cine iraní con subtítulos en francés (o viceversa). A pesar de que algunos usan ruana, ningún filósofo escucha a Jorge Veloza.

Se organizan en pequeñas y cerradas tribus según el filósofo al que veneran. Es fácil hacer emberracar a un miembro de la tribu; si es, por ejemplo, un filósofo analítico, solo hay que entrar en su rango auditivo y decir algo así como "lo cierto es que Wittgenstein no hizo ninguna contribución original a la filosofía". Es tabú acostarse por fuera de la tribu; entonces se producen situaciones a lo Beverly Hills donde se agotan las combinaciones y los siete protagonistas ya se han acostado todos con todos.

Hay dos cosas que los filósofos disfrutan enormemente: discutir lo obvio ("no se puede demostrar concluyentemente que la pasta sea una comida italiana") y hacer etimologías. Toda palabra viene de alguna palabra en griego que explica su significado. Por ejemplo: la palabra filosofía viene de dos raíces griegas, filo (que quiere decir "cabeza") y sofía (que quiere decir "muy grande"). Es así que el filósofo es quien tiene la cabeza grande, es el Cabezón. En su cabeza caben palabras largas y esdrújulas como hipóstasis, ontológico y dialéctica. El sobaco del Cabezón también es amplio pues debe cargar libros (y libros y libros) que a su vez deben ser enormes pues contienen Todo Lo Que Hay Que Saber En El Mundo.